Repudian mexicanos al New York Times
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La mañana del 25 de febrero de 2024, la sede del New York Times (NYT) se vio envuelta en una inusual protesta. Decenas de migrantes mexicanos, enardecidos por un reciente reportaje del diario que vinculaba al presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) con el crimen organizado, se congregaron frente al edificio para expresar su repudio a lo que consideraban una flagrante difamación.
Portando pancartas con mensajes de apoyo a AMLO y exigiendo “respeto” al NYT, los manifestantes convirtieron la acera en un escenario de fervor político. Algunos incluso quemaron ejemplares del diario en un acto simbólico de rechazo a la publicación. Las voces de los migrantes resonaban con un mensaje claro: no tolerarían ataques a su líder ni a su país.
Re tomado de Sinembargo.com
La protesta se gestó en el contexto de un reportaje publicado por el NYT que revelaba presuntos vínculos entre el gobierno de AMLO y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). El artículo, que citaba fuentes anónimas, generó una ola de indignación entre los seguidores del presidente, quienes lo calificaron como una “campaña de desprestigio” orquestada por la “prensa extranjera”.
La manifestación frente al NYT se convirtió en un capítulo más en la polarizada escena política mexicana. Los simpatizantes de AMLO vieron en la protesta una oportunidad para defender a su líder y denunciar lo que consideran un ataque a la soberanía nacional. Por su parte, los críticos del gobierno acusaron a los manifestantes de ser “manipulados” por el oficialismo y de atentar contra la libertad de expresión.
Más allá de las consignas y las pancartas, la protesta de los migrantes frente al NYT puso de relieve las profundas divisiones que existen en la sociedad mexicana. La difamación hacia AMLO y la respuesta de sus seguidores son un reflejo de la fragilidad del debate público en el país, donde la polarización y la desconfianza hacia las instituciones parecen ser la norma.
La tensa calma que se vive en EU tras la protesta es solo un preludio de lo que está por venir. El futuro de la relación entre AMLO y la prensa, así como el destino de la polarización en México, son preguntas que solo el tiempo podrá responder.
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