Repuntan asesinatos contra LGBT

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La violencia electoral en México se agudiza con la noticia del asesinato de Miguel Ángel Zavala Reyes, un precandidato LGBT que buscaba la presidencia municipal de Maravatío en Michoacán. Este trágico suceso se suma a una serie de ataques que han cobrado la vida de 48 aspirantes políticos en lo que va del año, según datos de Data Cívica.

Zavala Reyes, un destacado ginecólogo y activista homosexual, fue emboscado el pasado 26 de febrero mientras se encontraba en su automóvil en la clínica donde laboraba. Su brutal asesinato ha generado conmoción en la sociedad mexicana y ha puesto de manifiesto los riesgos que enfrentan los candidatos LGBT durante el proceso electoral.

El gobernador del estado de Michoacán ha instado a los aspirantes políticos que se sientan amenazados a solicitar apoyo directamente al gobierno. En respuesta, la Secretaría de Seguridad Ciudadana ha presentado un esquema de protección coordinado con el Instituto Nacional Electoral, con el objetivo de salvaguardar la integridad de los precandidatos.

Sin embargo, la violencia política en México no es un fenómeno nuevo. Desde 2018, se han documentado más de 1600 actos de violencia electoral en todo el país, según cifras de Data Cívica. Esta situación se agrava en estados como Guerrero, Guanajuato, Veracruz y Oaxaca, donde la violencia ha cobrado mayor intensidad.

La falta de datos oficiales sobre cómo afecta la violencia política a candidatos LGBT representa un desafío para comprender la magnitud del problema. Aunque el Instituto Nacional Electoral cuenta con medidas afirmativas para proteger a este grupo, aún no existe un observatorio que monitoree específicamente esta problemática.

En este contexto, organizaciones de derechos humanos como Michoacán es Diversidad y el Observatorio Nacional de Crímenes de Odio han exigido acciones contundentes por parte de las autoridades para garantizar la seguridad de todos los candidatos y promover una cultura democrática en el país.

La violencia electoral no solo amenaza la vida de los aspirantes políticos, sino que también socava la confianza de la ciudadanía en el proceso democrático. Es fundamental que el gobierno y las instituciones trabajen de manera coordinada para prevenir y combatir este flagelo, asegurando así un ambiente seguro y propicio para la participación política de todos los mexicanos.

Con información de Agencia Presentes.

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