Mostro, ópera prima de José Pablo Escamilla

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Ante la hostilidad del mundo e incluso en medio de la violencia y la catástrofe que nos rodean, parece abrirse frente a nosotros la posibilidad de crear belleza, generar conexiones que transitan la amistad, el cariño y el cuidado.

En este marco es el que se desarrolla Mostro, la ópera prima del director José Pablo Escamilla, auspiciada por el Colectivo Colmena, un grupo de cineastas independientes mexicanos que trabajan en una colaboración mutua con el fin de emprender una serie de proyectos que tienen por eje un tratamiento discursivo y experimental, poniendo esfuerzo en un ejercicio crítico de ciertos aspectos sociales y políticos del presente.

La película comienza presentando la cotidianidad de Lucas y Alex; una pareja de amigos, quienes viven al margen de un sistema corrupto (ellos mismos son presentados como cuerpos periféricos) que atraviesan condiciones precarias. Ambos buscan en el diálogo y la exploración del espacio que habitan una vía de escape ante las violencias que experimentan día a día. Juntos comparten todo lo que les aterra, por su lado Alex insiste en irse a vivir a otro lugar junto con Lucas, pues piensa que así sus condiciones pueden cambiar.

Escuchamos sus secretos, entramos en las preocupaciones de los dos jóvenes: el poco desarrollo personal, las drogas como vía para suprimir el sufrimiento y buscar respuestas. Lucas, por su parte, tiene que aparentar fortaleza y callar las cosas que lo atemorizan ante su padre, quien exige de él comportarse como un hombre.

Los sueños de ambos son interrumpidos cuando en uno de sus paseos Alex es desaparecida por policías, lo cual detona el enfrentamiento de Lucas con las estructuras sociales y los males del sistema: la negligencia de las instituciones ante la oleada de desapariciones y la necesidad de los hombres por evadir las emociones para no ser juzgados como débiles o incluso la incapacidad de comprender lo que se siente.

José Pablo mezcla diferentes formatos cinematográficos, utilizando la imagen y el sonido para transmitir el trauma que vive Lucas, en un viaje introspectivo que deja entrever el desgaste lento pero contundente de la esencia del protagonista, la pérdida de la esperanza y ese instante en el que un suceso trágico parece llevarnos de la realidad al mundo onírico, deseando que todo sea un sueño y que pronto terminará cuando nuestros ojos se abran nuevamente.

La fotografía de Miguel Escudero nos lleva de cerca en este viaje, el mismo que muchos familiares de las víctimas de desaparición y feminicidio tienen que atravesar. Sentimos la angustia y desesperación de Lucas por saber la verdad, pero también la impotencia de no poder hacer nada frente a la monstruosidad y rapiña de la corrupción.

Finalmente es posible ver una puesta en escena, con un característico minimalismo y una admirable experimentación audiovisual, que logra una crítica tenaz y sensorial de las violencias y realidades, de las que ninguna persona queda exenta. El monstruo también se encuentra en la calle y a plena luz del día.

Luego de su recorrido por festivales, en los cuales ha sido reconocido con múltiples premios y menciones especiales, Mostro llegará a diversas salas del circuito de exhibición independiente y cines comerciales el próximo jueves 18 de abril del 2024.