Uber Eats estrena “La Lupita” para hallar fonditas, tacos y tamales de barrio.
Tiempo de lectura: 4 minutos“La Lupita” llega a Uber Eats: carrusel que reúne fonditas y antojitos. Facilita hallar la “comida godín” y apoya a negocios locales con más visibilidad.

Si la pregunta diaria es “¿dónde comemos hoy?”, Uber Eats quiere que la respuesta esté a un toque de distancia. La plataforma lanzó “La Lupita”, una sección dedicada a los sabores de siempre: fonditas, puestos de tacos, torterías y antojitos que forman parte de la rutina de millones de personas. La idea es simple: poner al frente, en un carrusel destacado en la pantalla inicial de la app, esas opciones que el paladar reconoce y el bolsillo agradece.
El foco está en la vida real del comensal urbano. Desayunos con tamal y atole, tortas que resuelven la comida en minutos, quesadillas para la tarde y taquitos que coronan la jornada: “La Lupita” organiza estas categorías de forma intuitiva para que el usuario encuentre primero lo que más busca. “La comida que nos acompaña diariamente viene de esos lugares que han estado con nosotros desde siempre”, dijo David Mínguez, gerente de comunicación de Uber Eats en México, al presentar la sección. El mensaje busca subrayar el valor cultural de estos negocios y, al mismo tiempo, su potencial en la economía local.
Las cifras internas de Uber Eats retratan ese apetito. En el último año, los tacos acumularon cerca de 24 millones de órdenes en la app. La comparación que hace la empresa es gráfica: sería como llenar, en promedio, 300 veces el Estadio Azteca. En Monterrey, los tamales se han vuelto protagonistas de la plataforma con más de 250 mil pedidos en doce meses, un indicador del arraigo de este desayuno clásico. Y a escala nacional, las tortas superaron los 5 millones de órdenes, desde la tradicional de milanesa o pierna hasta la cubana y la de al pastor para quien busca algo más sustancioso.
Más allá del antojo, “La Lupita” quiere resolver la rutina. Quien trabaja en oficina (o en casa) y necesita una opción confiable, encuentra en la nueva sección un atajo a lo conocido: el menú corrido de la fonda, los tacos de la esquina recomendados por colegas, la torta “de siempre” con el toque que distingue a cada barrio. Para el usuario, el beneficio inmediato es la reducción del tiempo de búsqueda y la posibilidad de comparar en un mismo lugar por cercanía, tiempo estimado de entrega y precio.

Detrás del carrusel hay una apuesta por los negocios locales. Uber Eats contabiliza más de 50 mil restaurantes y negocios registrados en México; 60% son PYMES. La plataforma afirma que en el último año, los comercios pequeños y medianos que se sumaron a su ecosistema registraron un crecimiento promedio de 40% en ventas, impulsados por el alcance digital, las herramientas de marketing dentro de la app y la logística de entrega. La visibilidad adicional que promete “La Lupita” pretende acelerar ese efecto para las categorías de antojitos y comida casera.
Las herramientas son parte del paquete. Con Pick-up, el usuario puede ordenar y recoger en el local, eliminando el costo de envío y acortando tiempos; con Uber Ads, los negocios activan campañas de visibilidad dentro de la app; y con promociones personalizadas, ajustan ofertas para momentos de baja demanda o fechas clave. Esta combinación, sostiene la empresa, ayuda a que los precios se mantengan accesibles sin sacrificar rentabilidad, y a que los comercios construyan relaciones más duraderas con sus clientes.
El financiamiento es otro frente. En colaboración con la fintech R2, Uber Eats facilita créditos para que los restaurantes inviertan en lo que necesitan: renovar su cocina, ampliar el menú, mejorar mobiliario o cubrir gastos operativos. A la fecha, se han otorgado más de 2,500 préstamos por un monto cercano a 120 millones de pesos en México. En la práctica, estas soluciones buscan que la digitalización no solo aporte ventas, sino también músculo para sostener y escalar la operación.
La experiencia de navegación de “La Lupita” se apoya en el reconocimiento inmediato de categorías y en recomendaciones basadas en hábitos. Quien abre la app encuentra el carrusel y puede explorar por antojo, por cercanía o por calificación. El objetivo es replicar el descubrimiento del barrio —ese “te van a encantar los tamales de la cuadra de atrás”— en un entorno en el que la comparación sucede de forma transparente y el pedido se concreta en minutos. Para los negocios, aparecer en ese escaparate es una vía directa a audiencias que quizá no los conocían.
La novedad convive con el resto del ecosistema de Uber Eats, que hoy integra más que comida preparada. Además de restaurantes, el usuario puede conectar con farmacias, tiendas de conveniencia y abarrotes, e incluso hacer el supermercado. En varias de estas opciones, la compañía destaca que el costo de pedir a domicilio es el mismo que en tienda física, por lo que la app se coloca como un “hub” de compras cotidianas.

Para la comunidad gastronómica, el lanzamiento tiene una lectura adicional: la revalorización de los sabores cotidianos como parte central de la oferta en plataformas digitales. Si el auge de la entrega a domicilio comenzó con marcas visibles y menús estandarizados, hoy el mapa se abre a propuestas de identidad local. Con “La Lupita”, esos sabores de colonia —los que se recomiendan en sobremesas y chats de oficina— ganan un espacio protagónico.
Uber Eats recuerda que opera en México desde 2016 y está presente en más de 114 ciudades del país. A nivel global, afirma llegar a más de quince mil ciudades y sumar más de un millón de establecimientos. Ese alcance, combinado con herramientas de negocio y esquemas de financiamiento, es el que la compañía quiere poner al servicio de los antojitos, fondas y taquerías que alimentan la vida diaria. “Además de restaurantes, puedes encontrar tiendas y hacer el súper completo”, resumió Mínguez. La promesa: descubrir y pedir esos platillos de confianza ahora tomará menos tiempo que elegir la salsa.
En síntesis, “La Lupita” busca unir dos necesidades: la de quienes quieren comer rico, rápido y a buen precio, y la de los negocios locales que requieren ser vistos para crecer. Si el antojo manda, el algoritmo de la app hará el resto; si la fonda de siempre merece más clientes, el carrusel pretende acercárselos. Entre tacos, tortas y tamales, la novedad apuesta por una comida cotidiana con identidad, accesible y a un toque de distancia.
Nota subida desde mi oficina mobil Motorola